Una vez que se pone un pie en Puerto Escondido, el corazón se engancha con la belleza de sus playas. En este rincón del Pacífico mexicano, los días transcurren surfeando, liberando tortugas, admirando el atardecer o simplemente, tumbados bajo los rayos del sol.
Una de las cosas que hay que hacer en Puerto Escondido es caminar por el Adoquín, la primera calle pavimentada del destino. Esta arteria está llena de músicos, tiendas de artesanías y alusivas al surf, pequeños bares para beber un mojito y restaurantes para comer mariscos o una pizza a la leña. De noche, la calle es peatonal, lo que permite realizar un paseo relajado.
Ir de playa en playa también es otra de las actividades favoritas al viajar a Puerto Escondido. Desde la Playa Principal parten lanchas para ir al encuentro de tortugas y delfines. Zicatela la reina de las olas giagantes. Playa Bachoco es ideal para hacer una caminata. La punta una playa para los viajeros bohemios que gustan de un ambiente juvenil y relajado.Por último, llegamos al pueblo Mágico de Mazunte con sus campamentos tortugueros abiertos casi todo el año y playa hermana, Zipolite, la única playa nudista de México.
Muy cerca de Puerto Escondido se encuentra la Laguna de Manialtepec y las Lagunas de Chacahua. El tour más popular se realiza de noche para apreciar el fenómeno de la bioluminiscencia.